¡Hola! Me llamo Mateo Gonzalez, nací en 2006, nunca he ido a la escuela, y cuando tenía 10 años, aprendí a programar. 

Tal vez hayas pensado en desarrollar tus propios videojuegos. Tal vez has querido aprender a programar. Después de todo, saber cómo programar es una habilidad muy valiosa. Y no hablo sólo de las oportunidades profesionales (que son muy amplias, ya que los trabajos tecnológicos están en alta demanda). 

No, yo también hablo de otra cosa: el hecho de que esta actividad es muy enriquecedora. Para programar, debes tener creatividad, debes tener perseverancia para resolver problemas lógicos, algunos complejos, arreglar errores y experimentar. Debes poder comunicarte claramente, ya que, al programar, le estás hablando a una computadora que toma todo lo que dices literalmente. Por eso digo que es enriquecedor, porque, al programar, desarrollas todas estas habilidades.

Y ¿por qué no programa todo el mundo?¿Por qué no es algo más común? 

Pues porque empezar a programar parece algo muy difícil. Puede ser muy intimidante porque hay docenas de lenguajes de programación, cada uno con su propia sintaxis y librerías que te tienes que aprender, y también tienes que ejecutar el código correctamente cada vez. Y todos estos son problemas técnicos que roban tu atención y se la quitan a la parte creativa y lógica de la programación.

Y, por eso, el Instituto de Tecnología de Massachusetts desarrolló un programa para enseñar programación a los niños y jóvenes. Se llama “Scratch” y está hecho para poner todo el énfasis en la parte creativa y de resolver problemas de la programación. En Scratch, no tienes que escribir código; lo único que tienes que hacer es tomar bloques, que representan instrucciones para la computadora, y acomodarlos de una manera lógica para producir un resultado. Esto es la programación en su forma más pura y fácil de entender.

Pensando en todo esto, decidí hacer un curso de programación en Scratch para niños, diseñado para ayudarles a tomar el primer paso requerido para aprender a codear. Hice once lecciones en video que están estructuradas como video-tutoriales; te enseñan a programar videojuegos simples en Scratch, paso por paso. Yo considero que hay un problema con el formato de video-tutorial que es tan común en los cursos de programación, especialmente los que hay en Youtube, y es que al verlos, puedes seguir las instrucciones y completar el videojuego, pero es difícil aprender. Para aprender, debes entender lo que estás haciendo, y también por qué lo estás haciendo.

Por eso, diseñé mis lecciones en video para priorizar el aprendizaje. Por ejemplo, cada cuando, detendré la lección y le plantearé el problema presente al alumno: ahora, el alumno debe usar todo el conocimiento que ha obtenido hasta ahora para resolver el problema usando la programación. Claro, me aseguro de que sí tenga el conocimiento necesario para resolver dicho problema. Todo esto obliga al alumno a que piense críticamente. Cómo es él el que tiene que resolver el problema, tiene que pensar en la función de cada bloque, no sólo en sí mismo, sino también en relación a los demás bloques, al juego, y al problema. Esto no sólo refuerza su entendimiento de los bloques de Scratch, y su conocimiento sobre el código en sí, sino que también ejercita su pensamiento lógico y desarrolla su habilidad de pensar como un programador.

Pero el curso no estaría completo sin retroalimentación. Por eso, decidí que el curso sólo se abra unas pocas veces al año, tomando un modelo parecido al de los talleres de papás que hizo mi mamá. Cada semana, a lo largo de la duración del curso, todos mis alumnos y yo nos vamos a conectar en Zoom para que haya una sesión en vivo. Durante la sesión, exhibiré algunos de estos proyectos a toda la clase para ayudarles a los alumnos de varias maneras: puedo resolver problemas comunes, o que se repiten en los proyectos de varios alumnos diferentes; puedo hablar sobre ciertas cosas excepcionales que hicieron algunos de los alumnos; les puedo enseñar algún concepto más avanzado que no se cubre en las lecciones en video; y, quizás lo más importante es que puedo responder sus preguntas en vivo.

La retroalimentación es algo muy importante en un curso, y en el aprendizaje en general. Mis alumnos deben tener la presencia de alguien que les pueda responder sus dudas, ayudarles cuando estén atascados, y motivarlos para que sigan aprendiendo. Por eso, también, a todos los alumnos que inicien el curso, les daré acceso a un servidor de Discord privado en el que podrán escribir todas sus dudas, problemas, etc. Para que yo, o sus compañeros de clase, les podamos responder a lo largo de la semana.

Este curso no lo hice como un tipo de currículum que empieza y termina, o una serie de pasos que les ayudará a armar unos cuantos juegos simples pero nada más. Este curso lo hice para ayudar a los niños a que den el primer paso para aprender a programar, para encender la primera chispa que los interesará en la programación y que les dará las herramientas para que empiecen a aprender un lenguaje real; como Python, C++ o Java; o, si quieren, para que puedan hacerse expertos en el programa de Scratch.


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Mateo González, hijo de Priscila Salazar, nació en 2006 y nunca ha ido a la escuela. Dedica su tiempo a aprender y a desarrollar los proyectos que le interesan.

7 comentarios sobre “Por qué aprender a programar ha sido esencial en mi aprendizaje

  1. Gracias Mateo, eres una persona que incentiva a aprender. Los viernes no estamos en casa y por eso se nos dificulta tomar el curso. En una próxima oportunidad.

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  2. Además de orgullosos por mi dedicado nieto Mateo, estoy muy satisfecho de ver mis expectativas superadas como papá y abuelo de mi bella familia González Salazar ¡Los amo!

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  3. Me encanta Priscila me ha ayudado mucho y ahora me fascina Mateo, mis hijos aprenden de todas sus ideas, no tengo tarjeta de crédito y nunca he comprado por internet así que tal vez no podamos tomar el curso pero si todas las palabras de Mateo, las hemos leído y nos pusimos a buscar scratch, Muchas gracias por compartirnos sus ideas

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  4. Qué fantástico proyecto, Mateo. Yo tengo 47 años, vivo en España, y aprendí a programar con 27, en mi anterior trabajo. Estoy totalmente de acuerdo en lo que comentas, ya que, aunque actualmente no trabajo como programadora, sigo usando esos esquemas mentales a la hora de abordar problemas.
    Mi hijo tiene 10 años ahora, le comentaré y si le interesa se apuntará. Si no es en esta ocasión, quizá más adelante.

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