Ésta es una pregunta que inquieta a muchos papás que han decidido desescolarizar.
Desde hace tiempo he querido escribir acerca de este tema, pero me he tardado porque además de que es un asunto delicado, no creo que se pueda generalizar una sola respuesta para todas las familias. Cada familia es un mundo y la forma de abordar cada situación también debe ser única. Sin embargo, sí he pensado en algunas reflexiones que puedo compartir y que quizás puedan ayudarte a ordenar tus pensamientos si es que estás atravesando un momento en el que tus hijos te estén pidiendo volver a la escuela y tú te sientes inquieto o no sabes exactamente qué hacer.
Primero que nada, es importante averiguar las razones por las que un niño está pidiendo regresar a la escuela después de algún tiempo viviendo libre de ella; y creo que pueden ser muchas y variadas, según la situación particular y la personalidad de cada niño y de cada familia.
Pregúntale sinceramente y trata de entender las razones más profundas detrás de sus palabras. Escúchalo atentamente, y antes de tomar cualquier decisión, creo que es un buen momento para hacer un alto y reflexionar detenidamente acerca de tres aspectos:
1. Tus objetivos como papá
Recuerda que la base de tu labor como padre o madre es tener objetivos claros: una visión de lo que quieres para la vida de tus hijos y cómo lo llevarás a cabo. Esa visión se convierte en tu brújula y tu ancla a la vez, especialmente cuando atraviesas momentos de dudas, críticas o desmotivación. Revisa cuáles son esas metas a largo y corto plazo para tu vida y la de tu familia:
¿Por qué deseas que tus hijos aprendan sin escuela? ¿qué papel juega la educación sin escuela dentro de tu visión general? ¿es solamente un método más o es tu estilo de vida?
También revisa qué es lo que le estás transmitiendo diariamente a tu hijo aun sin palabras:
¿Él sabe cuál es tu visión general? ¿él conoce cuáles son tus valores más importantes? ¿él entiende por qué tomaste la decisión de retirarlo de la escuela? ¿comparte tu proyecto de vida?
Cuando los papás están seguros del rumbo que han escogido y muestran seguridad y congruencia, los hijos no dudan en seguirlos. La inseguridad e incongruencia de los padres es lo que muchas veces causa rebeldía en los hijos.
2. Tu conexión con tu hijo
La conexión es el vínculo afectivo y de comunicación que existe entre tu hijo y tú, y como papás, es uno de los aspectos más importantes que debemos fortalecer día con día, independientemente de que el niño vaya a la escuela o no. Pregúntate:
¿Cómo es la dinámica familiar diaria?, ¿el niño está aburrido en casa?, ¿qué puedes hacer tú al respecto?
Recuerdo que hace tiempo, las hijas de una familia que educa sin escuela me platicaban que sus amigas se aburrían muchísimo durante las vacaciones de clases, y preferían buscar otras actividades para no estar en su casa. En una ocasión, fueron de visita a la casa de esta familia educadora sin escuela, donde todos los niños tenían una actividad: algunos estudiaban, otros hacían experimentos, otros cocinaban y la mamá estaba allí cerca, ayudándoles y acompañándolos. Después de todo un día de convivencia, las niñas visitantes les dijeron: “¡pero qué divertido es estar en tu casa! ¡Quisiera tener unos papás como los tuyos!”
Aprovecha este momento de reflexión para indagar cómo se siente tu hijo, qué piensa, cómo percibe su hogar y qué mejoras podrían hacerse. El objetivo es que tu hijo tenga la seguridad de que siempre puede contar con sus papás, y de que aunque hay experiencias muy agradables y enriquecedoras fuera de casa, su hogar es la fuente principal de amor, aceptación, compañía y abrigo.

3. Los objetivos e intereses de tu hijo
También es muy importante que aproveches para hablar sobre lo que él quiere lograr, lo que quiere hacer y cuáles serían los objetivos a alcanzar si regresara a la escuela. Al reflexionar en sus respuestas, pregúntate a ti mismo:
¿Tiene alguna idea ya de su proyecto de vida? ¿Hay necesidades que no están siendo satisfechas? ¿Le hacen falta recursos que no está adquiriendo? ¿La escuela podría ser un buen recurso para lograr sus metas? ¿De qué formas?
Es muy importante que al igual que tú, tu hijo también tenga una proyección para su propia vida y sepa que las decisiones que toma día con día le están aportando o restando a esos sueños que le gustaría alcanzar.
No te olvides de tu intuición al decidir qué vas a hacer
Una vez que has reflexionado en estos tres aspectos, es momento de tomar una decisión. Puede ser que hayas descubierto que el deseo de tu hijo de volver a la escuela se debe a que hay áreas que debes ajustar. Entonces no temas y con determinación toma las acciones que creas necesarias para mejorar.
Pero también es posible que después de reflexionar concienzudamente descubras que todo está en orden y tu hijo realmente desea volver a la escuela. En este momento, yo quisiera recordarte lo importante de tu intuición como papá o mamá. Tú puedes pedir consejos, leer artículos, y recibir opiniones variadas, pero el rumbo de tu familia y su dinámica diaria es responsabilidad tuya únicamente. Escucha tu interior atentamente y sé sabio para determinar si tu hijo tiene la madurez para tomar en sus manos esta decisión de tanto peso, o si es necesario que tú decidas por él. Algunas personas temen no respetar a sus hijos tomando una decisión importante por ellos, pero yo creo que para un niño puede ser más dañino no ver en sus padres una seguridad y una congruencia constantes hacia su visión de vida.
Puede ser que después de revisar estos tres aspectos que acabamos de mencionar, te des cuenta de que sí tienes claro lo que quieres lograr y simplemente estás dudando por la presión de un pequeñito que no sabe todavía lo que es mejor para él, que no tiene experiencia, que es inmaduro y que todavía no tiene una visión amplia, y que su único interés de ir a la escuela es tener una mochila nueva o jugar con los niños en el recreo. Entonces quizás sea momento de fortalecer tu conexión con él y transmitirle cuál es tu visión de vida a través de tu congruencia y valentía diarias, para que él pueda sentirse seguro en tu propia seguridad y abrace tus mismos ideales.
Pero si por el contrario, después de revisar estos tres aspectos te das cuenta de que todo está en orden y tu hijo ya tiene la madurez para decidir que esta experiencia le brindará recursos importantes para seguir avanzando en su proyecto de vida, ¡adelante! No dudes más, sigue tu intuición y mantente cerca acompañándolo y apoyándolo en todo momento.
Nuestra función como padres es usar nuestra experiencia y nuestra madurez para ver más allá y tomar las mejores decisiones para nuestra familia; cuando ellos ven la congruencia en nuestro actuar libre y responsablemente, desearán seguirnos y abrazar esas convicciones también.

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Me gustó mucho el artículo. Tengo una duda respecto al área legal. Se que el homeschooling no está regulado, sino hasta 6o de primaria. Que hacer si mi hijo esta en un año intermedio por ejemplo 3o de primaria? Como se le hace para que se integre al sistema escolarizado otra vez. Gracias.
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Hola Priscila, como siempre tus artículos son superinteresantes y tocas temas bien importantes. En nuestro caso, mi hija de 8 es quien tiene dudas en este tema de regresar a la escuela. Lo triste es que las tiene por la presión familiar, desde los y las primitas de su edad que no la dejan de acosar con preguntas cada vez que visitan hasta los abuelos y abuelas que no dejan de preguntar si no quiere regresar a la escuela. Mi esposo y yo hemos tocado el tema varias veces con la familia, pero es una batalla diaria y hay que armarse de mucha paciencia. El consuelo que me queda es ver como mi nena se divierte y se interesa por lo que hacemos durante nuestras horas de clase y agradece no tener que estar en una escuela. ¡Saludos y muchas felicidades por tu sitio y tu libro!
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Hola Paty!
Qué difícil debe de ser esta situación, tanto para tu niña como para ustedes! Pero siempre que ella vea convicción y seguridad en ustedes, ella también va a mostrar seguridad en el estilo de vida que han decidido llevar.
No es fácil vivir de acuerdo a tus ideales cuando hay presión externa. Les deseo mucho ánimo y fuerzas para continuar adelante 🙂
Abrazos!
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Un artículo muy interesante.
Sobre todo me ha gustado la frase: La inseguridad e incongruencia de los padres es lo que muchas veces causa rebeldía en los hijos.
Creo que es fundamental tener esto claro.
Los niños buscan protección en sus padres. Ver unos padres débiles, dudosos e inseguros, les causa miedos y sensación de tener que defenderse ante algún “posible peligro” que sus padres no podrán afrontar. Pero tener unos padres seguros, con una visión de vida segura, sea la que sea, pero una visión justa, argumentada y segura, da seguridad a los niños y estarán más tranquilos.
Respecto al dejar elegir a un niño maduro a ir a la escuela, también estoy de acuerdo. Cuando es una decisión madura, meditada y bien pensada, puede ser una experiencia más. Y sabiendo que puede volver a casa cuando quiere también ayuda a que después de un tiempo puede tomar una verdadera decisión sobre cuál es su mejor lugar para estudiar.
A mi hijo mayor le ha pasado. Su paso por la escuela le ha abierto mucho los ojos, y ahora que está de nuevo en casa, estoy notando que está tomando con los brazos abiertos esta posibilidad de estudiar en casa y está muy agradecido y sabe el valor que tiene. Ahora conoce las dos posibilidades y sabe muy bien porqué está en casa y lo aprovecha el doble.
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Hola Marvan! Qué gusto verte por estos rumbos!
Para mí ha sido muy interesante leer tu experiencia con tu hijo y las reflexiones que has obtenido de todo ese proceso. Qué gran beneficio que él haya tenido la oportunidad de experimentar y tomar sus propias decisiones, y para eso, creo que se necesita una conexión muy cercana con ellos y ser muy sensibles a nuestra intuición de padres. Muchas felicidades por ello y por todo lo que estás formando en ellos.
Te mando un abrazo!
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